
Todo el esfuerzo merece la pena
Creo que no miento si afirmo que fue una de las campañas más duras y tensas por todos los contratiempos que tuvimos, pero es que te llenan el corazón con tan poco, que todo esfuerzo, nervios, trabajo y lloros merece tantísimo la pena, que volvería a vivir esas situaciones con tal de ver esas sonrisas cuando les destapan los ojos.
Patricia González, logista voluntaria, sobre la campaña de Siguiri en 2023.

El privilegio de poder ayudar a quien de verdad lo necesita es nuestro mayor regalo
No podemos olvidar lo afortunados que somos de tener a nuestro alcance cualquier cosa que necesitemos al instante. Podemos negar la mano a quien de verdad no tiene otro medio de ayuda? No importa las dificultades de las campañas, siempre serán menores a las que ellos padecen a diario.
Jorge Lorenzo, oftalmólogo voluntario
Devolver la luz: Una experiencia de voluntariado en Guinea
Llevamos una semana en Coyah, Guinea, dedicando nuestro tiempo y conocimientos a una labor que trasciende lo profesional: devolver la visión a quienes han vivido en la oscuridad durante demasiado tiempo.
Aquí, cada paciente que atendemos es una persona que ha perdido la vista debido a cataratas avanzadas, convirtiéndose en ciegos legales. Nuestra labor como optometristas es clave en este proceso: realizamos el preoperatorio, certificamos la causa de la ceguera y, junto a los oftalmólogos, determinamos si la cirugía es viable. Medimos agudeza visual, queratometría, tonometría, reflejos pupilares y calculamos la lente intraocular que será implantada en la operación. Cada detalle cuenta para garantizar el mejor resultado posible.
Pero más allá de la técnica, lo que realmente marca esta experiencia es la emoción del después. Ver a una persona recuperar la vista, presenciar cómo tras la cirugía se funden en un abrazo con sus seres queridos, cómo la felicidad se desborda en sus miradas… es indescriptible. La visión es mucho más que un sentido, es independencia, es volver a leer, a caminar sin miedo, a reconocer los rostros amados.

Nada de esto sería posible sin la perfecta compenetración entre enfermeros, optometristas y oftalmólogos. Cada uno aporta su conocimiento y esfuerzo, pero lo que realmente une al equipo es la humanidad detrás de cada intervención. Aquí no solo trabajamos con ojos, trabajamos con vidas.
Nos queda una semana más, y cada día nos recuerda por qué elegimos esta profesión. Porque devolver la luz a alguien es, sin duda, una de las experiencias más gratificantes que se pueden vivir.
Enrique Janer, optometrista voluntario campaña de Coyah, Rep. de Guinea